Definición de Adjetivo
El adjetivo es la palabra que acompaña al sustantivo para determinarlo o calificarlo; expresa características o propiedades del sustantivo. La palabra proviene del latín adjectivus, "que se agrega".
Desde el punto de vista de
la declinación, podemos agrupar a los adjetivos en dos tipos:
* Aquellos que se declinan
por la segunda (género masculino y neutro) y los que también presentan otra
forma para el femenino y se declinan por la primera declinación.
BONUS - BONA - BONUM
NÍGER - NEGRA - NIGRUM
* Aquellos adjetivos que se
declinan por la tercera: FORTIS - FORTE
También podemos clasifican
los adjetivos del latín clásico teniendo en cuenta el número de formas que
presenta el nominativo singular. Estas diferentes formas están relacionadas con
la diferencia de género. Podemos entonces establecer tres clases de adjetivos:
- Los adjetivos que presentan tres terminaciones en el nominativo singular (una para cada género) como: BONUS-A-UM
- Los adjetivos que presentan dos terminaciones (una para masculino y femenino y otra para el neutro) como: FORTIS-E
- Los adjetivos que sólo tienen una sola terminación, independientemente del género como: PAUPER; VETUS
También podemos comentar que
en el latín vulgar se produjo una tendencia a regularizar los paradigmas. Esa
tendencia tendrá como consecuencia el que se extienda cada vez más la clase de
los adjetivos de tres terminaciones.
Este hecho está atestiguado
desde el Appendix Probi, donde se puede comprobar que en el latín hablado fue
muy frecuente encontrar esas tres terminaciones propias de algunos adjetivos
que originariamente se declinaban por la tercera.
Ejemplos:
- ACER non ACRUS
- TRISTIS non TRISTES
- PAUPER MULIER non PAUPER MULIER
Se ha intentado explicar el
hecho de que esa forma flexiva de tres terminaciones se haya extendido al resto
de adjetivos:
- Una de las cosas que se han dicho es el hecho de que tanto la primera declinación como la segunda tenían un carácter más regular.
- El hecho de que los hablantes le dieran mayor importancia a la oposición entre masculino y femenino, por lo que paralelamente se está eliminando el neutro.
Sin embargo, aunque está
clara esa tendencia que también puede verificarse por los resultados que
tenemos en algunas lenguas románicas, no se extendió entre todas estas lenguas,
puesto que nosotros tenemos adjetivos en lo que no se produce al distinción de
género.
"Triste" era un
adjetivo declinado, en latín, por la tercera declinación. Aunque existió esa
tendencia, no debió aplicarse en todas las zonas geográficas porque por ejemplo
en el latín hispánico sigue presentando una sola forma para ambos géneros, a
diferencia del italiano (tristo/trista) y el rumano (trist/trista).
"DULCES-E" es un
adjetivo que en español ha dado dulce, pero por ejemplo en catalán se hace la
distinción entre dos formas.
En este sentido, se ha dicho
que el español con respecto a los adjetivos de la tercera declinación presenta
en general un carácter más conservador que otros romances.
Por otra parte, al ser el
adjetivo un elemento adyacente al sustantivo, su evolución se desarrollará
siguiendo las pautas marcadas por el sustantivo.
- La oposición de número seguirá basándose en la presencia o ausencia de /s/
- En el aspecto de las declinaciones no se verá afectado
- En cuanto a los casos, nuestros adjetivos derivarán de las formas del ACUSATIVO y no tendremos ningún rastro de otros casos como sí los veíamos en los sustantivos.
- En el tema del género, frente a lo que ocurría con el sustantivo (apenas presentaba diferencia de género), lo normal en los adjetivos era que presentaran diferente terminación según el género al que se refería.
- La desaparición del neutro en los sustantivos hace que en los adjetivos se deje de utilizar la terminación que presentaban para este género neutro. Aunque se pierde la forma neutra del adjetivo, sí se conserva el sentido neutro mediante la sustantivación de ese adjetivo con el artículo lo.
La consecuencia de todo lo
anterior es que los adjetivos latinos que presentaban tres terminaciones se
convertirán en adjetivos de dos terminaciones, y los que tenían dos
terminaciones se quedarán con una sola.
Los adjetivos que se quedan
con dos terminaciones darán lugar a los adjetivos que, en nuestra lengua,
presentan distinto género para el masculino y para el femenino.
Dentro de los adjetivos de
tres terminaciones hay casos excepcionales en que nos encontramos con que esos
adjetivos que presentaban la de US-A-UM, pasan a convertirse en adjetivos
terminados en -E, pasando a ser invariantes en cuanto al género.
Ejemplos: SIMPLUS-A-UM era
de tres terminaciones, por lo que deberíamos tener en la actualidad el término
simplo/a, pero sin embargo tenemos SIMPLE
FIRMUS-A-UM>firme
Lo general es establecer la
distinción de género incluso en los adjetivos, aunque originariamente no la
tuvieran.
Los adjetivos de dos
terminaciones se convertirán en invariables con respecto al género: FORTIS - E
pasa al acusativo FORTEM>fuerte, invariable en cuanto al género.
Si bien esto es lo general,
se observa la tendencia de darle a algunos adjetivos, que originariamente no
tenían diferencia de género, la posibilidad de presentar variación. Ello
ocurrió con los adjetivos terminados en -OR, que a partir del siglo XIV
generalizaron las terminaciones femeninas (hasta entonces se mantuvieron
invariables).
TRADITOREM>traidor tanto
para el masculino como para el femenino. A partir del siglo XIV se le empieza a
añadir la terminación -A para el femenino y tenemos también traidora.
Los adjetivos que presentaron
en el latín clásico una sola terminación se seguirán manteniendo como
invariables: PAUPEREM>pobre; PRUDENTEM>prudente.
Apócope del adjetivo
Cuando el adjetivo precede
al sustantivo, puede llegar a apocoparse, incluyendo la forma femenina, que
podía apocoparse cuando el sustantivo al que precedía empezaba por vocal: “En
buen(a) ora”.
Este hecho solamente se producirá en el castellano antiguo.
En el caso de los adjetivos
apocopados, lo único que se generalizó y se mantiene hasta la actualidad es la
apócope del adjetivo GRANDIS-E. Al perderse el neutro, se queda con una sola
terminación, de la cual se sacará el acusativo GRANDEM. “Grande” podía sufrir
el fenómeno de la apócope y podemos encontrarnos distintas variantes:
*grand
*grant (analogía con otras
formas)
*gran (para evitar el caso
de apócope extrema)
Las tres variantes se
utilizaron simultáneamente y además, en el español antiguo no sólo las vamos a
encontrar en posición pre nominal sino que también la forma apocopada podrá aparecer
tras el sustantivo (este caso no llega hasta el momento actual): “el de la
barba grant”
Gradación del adjetivo
Pueden observarse, con
respecto a la gradación, cambios en las estructuras utilizadas para la
formación de los comparativos y superlativos.
En el latín clásico se
utilizaban una serie de morfemas que se añadían al adjetivo en grado positivo,
y así expresaban el comparativo o superlativo de esa palabra.
COMPARATIVO
Podía tener tres formas:
igualdad, inferioridad y superioridad. Para los comparativos de inferioridad e
igualdad, el latín clásico usaba una serie de partículas que se unían al
adjetivo en grado positivo.
Igualdad: TAM + adjetivo
grado positivo + QUAM
En el latín vulgar, la forma
QUAM será sustituida por QUOMO.
Inferioridad: MINUS + adjetivo
grado positivo + QUAM
En el latín vulgar, esta
estructura se seguirá respetando
Superioridad: el latín
clásico presentaba dos mecanismos diferentes para formarlo.
Añadir los morfemas
-IOR/-IUS al adjetivo en grado positivo. Estos morfemas se declinaban según los
casos.
Los adjetivos terminados en
-EUS/-IUS/-UUS formaban el comparativo de superioridad con el adverbio MAGIS
precediendo al adjetivo en grado positivo.
En el latín vulgar, se fue
generalizando la segunda forma (adverbio MAGIS) y utilizándose con otros
adjetivos que anteriormente formaban su comparativo de superioridad con
morfemas.
La causa de este cambio fue porque era más fácil para el hablante
emplear el adjetivo en grado positivo, sin estar memorizando nada.
Finalmente, el comparativo
de superioridad en el latín vulgar acabó formándose con la siguiente
combinación o estructura: MAGIS + adjetivo positivo + QUAM.
La lengua tenderá a
regularizar el sistema y como el comparativo de superioridad era distinto (se
salía del sistema), se cambió su formación para unificar las tres estructuras
de comparativos.
En el latín vulgar no sólo
se utilizará el adverbio MAGIS junto al adjetivo, sino que habrá otro término
más moderno, PLUS, que también permitirá la formación de este comparativo. En
las lenguas románicas se partirá de uno u otro adverbio.
Se sabe que existieron estas
formas porque PLUS se puede encontrar en ciertos textos antiguos como Las
Glosas Emilianenses y Berceo. Este autor escribió CHUS, que no es otra cosa que
el resultado tras la evolución fonética de la palabra.
Como podemos ver, se ha
pasado de una formación sintética a una estructura analítica o sintagmática
porque se generalizó una estructura que ya tenía el latín clásico y porque se
regularizaba la manera de formación del comparativo.
SUPERLATIVO
En la mayoría de los casos,
se formaba añadiendo al adjetivo el morfema ISSMUS-A-UM.
Sin embargo, para los
adjetivos terminados en -EUS, -IUS, -UUS, desde el propio latín clásico, el
superlativo se formaba añadiéndoles delante un adverbio.
Los adverbios más
frecuentes que se añadían en el latín clásico eran: MAXIME, VALDE, BENE,
MULTUM.
En el latín vulgar lo que
sucederá es que cada vez más se va a extender la formación del superlativo con
la siguiente fórmula: ADVERBIO + adjetivo positivo, sin importar la terminación
del adjetivo.
En el latín hablado, cada vez se especializará más el adverbio
MULTUM, que dará nuestra forma apocopada "muy". Estamos, de nuevo,
ante una regularización donde se prefiere al forma analítica en lugar de la
sintética.
El latín vulgar, además de
la fórmula anterior, también podrá llegar a formar el superlativo añadiendo el
demostrativo ILLE delante del comparativo de superioridad.
Ejemplo: ILLE MAGIS ALTUS /
MULTUM ALTUS
*Esto dará lugar a lo que
nosotros hoy conocemos como superlativo relativo y superlativo absoluto.
Con respecto a la fórmula de
MULTUM + adejtivo positivo, si bien el resultado general es la forma apocopada,
en el castellano antiguo nos podemos encontrar la forma plena, sobre todo en
los casos en que acompaña a participio adjetivado (Ejemplo: mucho acordado).
En castellano antiguo,
también podemos encontrarnos el superlativo absoluto formado con la partícula
TAN + adjetivo positivo, pero sin el segundo término de la comparación.
Ejemplo: "diole unos
tan grandes golpes"
Aunque en el latín hablado
se extendió la forma del adverbio seguida del adjetivo en grado positivo para
formar el superlativo, la terminación en ISSIMO la mantenemos en nuestra
lengua, lo cual es una diferencia con respecto al comparativo.
Estas formas deben ser
consideradas cultas y el hecho de que apenas se utilizaran en la Edad Media,
demuestran el poco uso que tuvieron en el latín vulgar.
En el Poema de Mío Cid
no hay ni un solo caso de superlativo terminado en ISSIMO y en la Edad Media
sólo aparece en textos latinizados.
Es verdad que aparece alguno
de estos términos en Gonzalo de Berceo, pero en casos muy determinados, es
decir, aparecen adjetivos en ISSIMO cuando hacen referencia a Dios y a la
Virgen. Además, tampoco este autor nos servirá como ejemplo de generalización
porque una de sus principales características era la latinidad.
En la traducción que se hizo
en tiempos de Alfonso X de un epitafio latino no se respeta la forma ISSIMO de
los adjetivos que aparecen en ella. En esta traducción, para adjetivos como
FIDELISSMUS / HUMILISSMUS, si en la Edad Media se hubieran seguido utilizando
estas formas, se habría respetado, pero sin embargo son sustituidas por
"el más leal" / "el más omildoso".
El uso del superlativo en
ISSIMO se empezará a dar con relativa frecuencia en el Renacimiento, precisamente
por el carácter culto que tienen estas formas. En los siglos posteriores vuelve
a decaer este uso y sólo a partir del siglo XIX es cuando su empleo se vuelve a
convertir en abundante. Ese carácter culto del que estamos hablando se observa
en el hecho de que se aplica esa terminación en la forma no evolucionada del
adjetivo.
*FIDELIS - E es un adjetivo
que se reduce a una sola terminación y nos quedaremos con un adjetivo
invariable en cuanto al género FIDELEM>fiel. El superlativo será FIDELÍSIMO
y no FIELÍSMO.
*ANTIQUUS-A-UM será un
adjetivo cuyo superlativo es ANTIQUÍSIMO y no ANTIGÜÍSIMO.
En la actualidad, se tiende
a reducir este tema y se empieza a formar el superlativo de algunos adjetivos a
partir de la forma ya evolucionada.
SUFIJO ÉRRIMO
Este sufijo es utilizado en
la actualidad también para el superlativo y proviene del término latino ERRMUS.
Aparece en casos de menor frecuencia de uso como pueden ser: acérrimo,
paupérrimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario